Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño.
Pero al mirar atrás -porque siempre miramos hacia atrás- oirá que el corazón le dice:
¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió?...
Los enterraste en el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos.
Entonces, ésta es tu herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida.
Pobre de quien escucha estas palabras. Porque entonces creerá en milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.
El Instante Mágico de Paulo Coelho.
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